El metalúrgico Harry Brearly, algunos años antes de la primera guerra mundial, tratando de minimizar el óxido de los cañones, encontró una aleación de acero y cromo, con un bajo contenido de carbono, la cual es altamente resistente a la corrosión. Es allí donde nace el acero inoxidable, unos de los metales más usados en la actualidad. Pero, ¿Por qué el acero inoxidable no se oxida? La respuesta a esta pregunta se aclarará en este artículo, donde explicaremos todo acerca de este tema.
La importancia del cromo
El acero inoxidable está compuesto por una combinación de diferentes elementos, tales como el hierro, silicio, carbono, manganeso y por definición un pequeño porcentaje de cromo (10.5 %). Dependiendo del tipo de acero inoxidable, puede que contenga otros elementos como el níquel, el molibdeno, niobio y titanio.
A pesar de que no contiene mucho cromo, este elemento juega un papel importante y es la razón principal del porqué no se oxida el acero inoxidable. Dicho compuesto reacciona de forma fácil con el oxígeno, creando delgada película de óxidos e hidróxidos metálicos imposibles de percibir a simple vista. La acción de esta capa es prevenir que este metal reaccione con el oxígeno, evitando la corrosión.
Los átomos de cromo y de óxido guardan una gran similitud en cuanto a su tamaño. Gracias a esto se compactan perfectamente, lo cual garantiza una gran estabilidad entre ellos. En el caso de otros metales, las películas de hidróxido y óxido siguen su crecimiento, en tanto siguen expuestas al oxígeno.
Por ejemplo, los átomos de hierro son de menor tamaño, en comparación con los del óxido de hierro, es por ello que son más débiles y se oxidan con facilidad. El acero inoxidable requiere mayor cantidad de oxígeno para mantener su condición de inoxidable. Mientras que en las zonas donde hay poca presencia de oxígeno, la capa protectora no se recupera con facilidad, sobre todo cuando el metal se corta o se raya.
Mantenimiento del acero inoxidable
El acero inoxidable se oxida si no se aplica un correcto mantenimiento al mismo o se deja en contacto prolongado con ácidos, humedad, agua de mar, o si tiene arañazos profundos, donde la capa que lo protege es mucho más débil. Para evitar que esto ocurra se deben realizar algunos cuidados que mencionaremos a continuación:
Limpiar con detergentes suaves
Para mantener el acero en perfectas condiciones lo mejor es utilizar únicamente agua y jabón (neutro o suave). También se pueden usar removedores a base de amoniaco diluido en agua tibia, los cuales se aplican con un paño o esponja de nailon. Luego de ello, solo hay que enjuagar con abundante agua tibia y con un paño secar la superficie.
Es de suma importancia secar para prevenir que aparezcan manchas en el metal. Con realizar esta limpieza se puede quitar suciedad común y aplicándola constantemente se pueden eliminar manchas más difíciles de quitar, consiguiendo deshacerse de ellas por completo.
Quitar manchas moderadas
Si se desea limpiar suciedad moderada, lo recomendable es utilizar una mezcla de yeso o bicarbonato disuelto en alcohol de uso doméstico. Se realiza una pasta con estos ingredientes y con un paño o escobilla de nailon se limpia la superficie, eso sí, teniendo cuidado de no rayar, en caso de que se use la escobilla y realizando movimientos suaves. Posteriormente, se debe enjuagar con mucha agua tibia y secar con un paño limpio.
Eliminar manchas fuertes
Para quitar manchas complicadas, lo mejor es sumergir el acero en una solución de detergente tibio o en una mezcla de removedor a base de amoniaco y agua. En caso de que esto no sea suficiente para quitar la suciedad, es recomendable usar algunos productos más agresivos, tales como removedores a base de soda cáustica. Para finalizar, se enjuaga y se continúa con la limpieza de rutina.
Estas son solo algunas recomendaciones que se pueden aplicar para mantener limpio el acero inoxidable. Pero, para preservar sus características, también hay que evitar que entre en contacto con soluciones con altas concentraciones de sal y no usar jabones abrasivos a menos que sea necesario, puesto que pueden dañar la superficie de este metal que no se oxida. Y, para evitar manchas, lo mejor es no dejar objetos como esponjas de acero común mojadas en contacto con el acero inoxidable.
Esperamos que este artículo haya sido de utilidad para ti y que pongas en práctica estos consejos para mantener tus objetos de acero inoxidable a la perfección. Entra en nuestro blog y encuentra todo tipo de información sobre materiales, corte láser y mucho más.